Hacia finales de los años sesenta morían cientos de estadounidenses cada semana en Vietnam. En el peor año, 1968, murieron 14,500. Ante protestas en cerca de 700 universidades, Nixon apelaba a la ‘mayoría silenciosa’: “North Vietnam cannot defeat or humiliate the United States, only Americans can do that.”
En abril de 1970, prometía regresar 150,000 tropas de Vietnam, al mismo tiempo que decidía enviar tropas a Cambodia. Los consejos de su Asesor de Seguridad Nacional, Henry Kissinger parecen haber sido decisivos.
La intervención en Cambodia no logró sus objectivos militares (romper las líneas de abastecimiento al Viet Cong), pero sí que terminara en el poder el Khmer Rouge—uno de los regímenes más violentos de la historia.
El 4 de mayo de 1970 la Guardía Civil de Ohio mataría a 4 estudiantes en Kent State University; otros dos murieron también en Jackson State College Mississippi.
¿Qué conexión hubo entre estas protestas y el 1968 global?
Primero hay que notar que hubieron movimientos alrededor del mundo: México, Praga, París, Polonia, Chicago, Tokyo, Buenos Aires, Berkeley, España, Uruguay, Senegal, Italia. Algunos hablan de un efecto de ‘contagio’: tras protestas de estudiantes en mayo de 1968, hay una huelga general en Francia de 9 millones de trabajadores. Posteriormente el espírutu de ‘mayo’ mueve protestas en solidaridad en México, Berkeley, Tokio, etc.
¿Qué detonó las protestas?
La guerra de Vietnam y en general la hipocresía del mundo occidental vis-a-vis el tercer mundo. Los izquierdistas en Francia habían sido radicalizados también por la guerra contra Argelia (1954-1962). En Alemania uno de los detonantes fue la forma en que fueron brutalmente suprimidos al protestar contra la visita a Berlín del Shah de Irán en 1967.
Hay un sentimiento general de ‘asco existencial’ (existential disgust), según le llamaría el activista alemán Rudi Dutschke (1940-1979). Dutschke y compañía son de la generación que nació durante la Segunda Guerra Mundial y para 1968 son jóvenes en sus veintes. En estos años, la población universiataria crece enormemente alrededor del mundo. Ellos perciben a las universidades como empresas dedicadas a la ‘producción masiva de estudiantes sin educación…incapaces de pensar’ (Manifiesto de Estrasburgo, citado en Muller, Contesting Democracy, 175) y protestan contra esto. (Vemos algo semejante en Students for a Democratic Society en EEUU.)
La televisión une a todos: es la primera revolución televisada. Desde 1962 hay satélites que permiten transmitir eventos en tiempo real. (El primer satélite artificial fue el Sputnik, 1957. Las primeras Olimpiadas transmitidas por televisión en vivo fueron las de Tokio, 1964.) Para 1968 se ‘conocen’ los revolucionarios por televisión (Muller, 175). Hay un sentido de inmediatez y de importancia histórica (Ibid.).
1968 ocurre hacia el final de décadas de enorme crecimiento económico que terminarían en 1973/4. Esto hace posible una mezcla de ‘asco existencial’ Y esperanza por un futuro mucho mejor (Muller, p. 187).
(El ‘asco existencial’ se debe, nuevamente, al hecho de que occidente — sobre todo EEUU — se vende como la cuna de la ‘libertad’ a la vez que conduce a asesinos por todo el mundo, via la CIA, etc. (Guatemala, Indonesia, Brasil, Congo, Vietnam, Chile). ¿Por qué los estudiantes no ven que la URSS bajo Stalin o la China de Mao eran opciones peores? Hasta este momento simplemente no se sabe mucho sobre las atrocidades de ambos regímenes.)
En México la situación es similar. Los cincuenta y sesenta son años del ‘milagro mexicano’ hecho posible por el ‘desarrollo estabilizador’. Sin embargo, al mismo tiempo se consolida un Estado represor con ‘porros’, desapariciones, torturas, asesinatos. Los estudiantes se rebelan en contra de esto: crecimiento económico desigual, pero también represión y violencia política (contra sindicatos, indígenas, campesinos).
Para muchos fue inspiradora la revolución cubana de 1959.
Hay mucho más que decir; los interesados podrían consultar también: